viernes, 27 de febrero de 2009

La pura verdad

Su papá quería un hijo varón. Pero en lugar de Martín Ezequiel, tuvieron que llamarla Tamara. Nació en plena Guerra de Las Malvinas, un primero de junio de 1982.
A los dos años de edad empezó a usar anteojos porque, según los médicos, los celos que había sentido por el nacimiento de su hermano le provocaron astigmatismo e hipermetropía.
Fue a un colegio de monjas hasta 5º grado. Al año siguiente, y hasta terminar la escuela secundaria, cursó en un colegio mixto.
Acostumbrada a la escuela de mujeres solas, no entendía cómo sus compañeros bailaban las baladas del dúo Roxette o de los Guns N´Roses con tan poca distancia entre ellos.
A los 17 empezó la carrera de Medicina. Al año siguiente decidió abandonarla y abstraerse en el mundo de la Filosofía en la UBA, donde estudió durante dos años.
Tamara había descubierto que además de médica o filósofa, quería ser maquilladora, politóloga, psicóloga, un teletubi, bailarina, y entonces, después de varias terapias, y en un sano intento por hacer coincidir todos sus objetivos, se abrió al teatro. Actualmente es estudiante de periodismo.

2 comentarios:

  1. Cheeee, no era tan poca distancia, teníamos hasta los brazos extendidos y ustedes nos agarraban de los hombros.
    Que temazos los de Roxette...

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