lunes, 9 de febrero de 2009

Cualquier semejanza con tu realidad, es pura coincidencia

En honor a los caídos en aquel combate, van tres mails: el mío, la respuesta del fulano y otra mía.

Lunes 22 de diciembre de 2008
Siempre pretendo ser medida en los romances y sus derivados, más de lo que puedo, y me encuentro lidiando entre una sarta de cosas por decir y para hacer y sin saber por dónde canalizarlas, y una mesura totalmente impuesta que mete todo lo que quiero quién sabe dónde.
Esta vez me doy rienda suelta, y aunque no comprendo por qué demonios me cortaste el teléfono hace unos minutos largos, eternamente largos, he decidido tipearte unas líneas.
Si hiciera un trabajo de campo y les preguntara a un puñado de mujeres qué actitud hubieran tomado frente a lo que pasó anoche, sacaría en limpio que no merecés más que un par de puteadas. Sin embargo, y aunque no soy (ni aspiro a) ser la señorita más buena del mundo, necesito restar un poco el sabor amargo que me quedó y comentarte, en un acto de total sincericidio, que me hubiera encantado que fueras vos mi compañero de copas con quien bebí definitivamente más de lo que podía.
Según el protocolo de las relaciones humanas, no debería arrimarme ni un poco más y seguir tirándole piedras a esta situación que rompe hasta con el principio de fluidez, pero me cargo querido la cara con dureza y me atrevo no sólo a decirte que nuestra cita sigue en pie sino que todo lo que estás viviendo, y me refiero a tus músicas, pese a que parezca lo más espantoso del mundo, es necesario para que nazcan otras cuestiones que tal vez, hasta el momento, las tenías aquietadas, como muertas.
Besos, aunque me queden cortos.

Lunes 22 de diciembre de 2008
Prefiero hablar aunque sea por tel, pero bueno, mejor que despiertes con al menos una respuesta escrita. No te atendí el teléfono porque estaba manejando por la ciudad capital, y cuando llegué a casa ya era muy tarde para andar jodiendo. Más allá de tu llamado, pensaba hacerlo lo mismo mañana o pasado. Como te dije anoche, entiendo si te enojás, si me puteás, o si no lo haces. Vos me conociste en mi versión estudiante deperiodismo/cronista del Gran Diario, pero la verdad de la milanesa es que antes que todo eso toco la guitarrita y esas cuestiones bastante bohemias en la superficie y que no llevan a nada pero que, en el ámbito del rock y tomadas en serio, consumen muchísimo tiempo y hasta (o mejor dicho, sobre todo) requieren de un compromiso insólito para el 95% de los mortales. No es fácil de entender el entramado, y por eso no te culpo, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de en una secuencia que no pediste ni mucho menos. Fue tanta la mala suerte, pero tanta, que caiste justo esa noche. Lo pienso y me causa gracia (soy un tipo con fortuna peculiar, verás). Pasando en limpio: por más que no me guste escribir esto, si se repitiera la escena, volvería a actuar igual. No sé. Por ahí soy más complicado de lo que pensaba. No obstante, lo cierto es que lamento mucho lo sucedido, de veras. No sé qué onda todo esto, ya vino raro desde el minuto cero, pero de mi parte no puedo hacer más que darte una merecidísima explicación como mejor me salga, dentro de este contexto de súper mambo por el cual estoy pasando. En fin. Ah, sí, dejé el grupo. Dos más también lo hicieron. Fue todo muy poco elegante. Una lástima. Te mando un beso.

Martes 23 de diciembre de 2008
Nenete, en mi haber hubo más músicos que periodistas, así que comprendo cada una de tus palabras y actitudes. Por lo demás, si quise conversar con vos anoche no fue para carajearte ni mucho menos, sino como para darle una vuelta al encuentro medio abortado y rebajar tu sentimiento de culpa para mi sinsentido (aunque demuestra camaradería de tu parte). Tus motivos para no irte del lugar conmigo son más que válidos. De veras. Nunca pensé otra cosa. Cualquier persona en su sano juicio hubiera actuado así y aceptaría que otro lo hiciera.
El vodevil que se ha dado entre nosotros no me parece de mal gusto, para nada. Si bien todo podría ser menos espaciado, sonrío cuando recuerdo ciertas escenas del sábado. Lo que confesé por escrito en el mail de ayer no fue más que un anhelo navideño, tomalo como el estribillo de algún bolero que nunca implicó un reproche por no haber terminado conmigo entre copas.
Antes de darnos de baja, refrescaría esto con una cita. De cualquier forma, hasta acá fue un placer.

2 comentarios:

  1. Que buenas palabras "carajearte" y "vodevil"

    ResponderEliminar
  2. Ha visto. Y al muy cretino tuve que editarlo antes de subirlo porque no fue capaz ni de redactar como la Real Academia Española manda.

    ResponderEliminar